jueves, 28 de enero de 2010

SANTO TOMÁS, MAESTRO DE VIDA


Hace algunos años leí un texto, publicado en un Semanario diocesano, que me llamó la atención. Era una "carta" de Santo Tomás de Aquino respondiendo a la pregunta de un estudiante, quien le pedía que le ayudara a adquirir el tesoro de la ciencia. Lastimosamente no he encontrado la versión del Semanario que publicó.

Quien lee este breve texto, se dará cuenta que las respuestas son válidas no sólo para estudiantes, sino para quien quiera acercarse a la verdadera ciencia. Son como un programa de vida: producir frutos útiles. Responde como todo un maestro de vida.

Copio a continuación, la respuesta de Santo Tomás de Aquino:

«Me preguntas cómo deberás estudiar. He aquí mi consejo y tu norma:

No entres de golpe en el mar, llega hasta él por los ríos, pues a lo difícil se ha de llegar por lo fácil.

No hables demasiado ni te entretengas con exceso de distracciones. Sé fiel a tu propia conciencia. Entrégate a la oración. Ama la soledad y el silencio, si quieres llegar a entrar un día en la morada del saber.

Sé amable con todos. No te preocupes de lo que otros hagan. Y escoge tus amistades de modo que no perjudiquen tu dedicación al estudio. No te metas en asuntos ajenos, y huye sobre todo de perder el tiempo.

Aspira a la perfección imitando el proceder de los que ya la alcanzaron.

Todo lo útil que oigas, sin preocuparte de quién lo dice, consérvalo en la memoria. Procura entender todo lo que leas y oigas, y aclara las dudas. Esfuérzate por adquirir para el tesoro de tu mente todos los conocimientos que puedas; pero no pretendas buscar lo que sea superior a tus fuerzas.

Si haces todo esto, producirás útiles frutos en la heredad del Señor. Cúmplelos y obtendrás lo que deseas.»


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