domingo, 16 de mayo de 2010

TODOS EN ROMA JUNTO AL PAPA!


La Plaza de San Pedro se vistió de fiesta, este domingo 16 de mayo, en un ambiente de oración. “Querido Santo Padre estamos contigo”, “Con el Papa”, “Todos Juntos con el Papa”… se leía en los mensajes de las pancartas que ondeaban en la plaza. El encuentro fue promovido por La Consulta Nacional de Agregaciones Laicales (CNAL), para manifestar el afecto y la solidaridad al Papa.

El encuentro de oración lo presidió el cardenal Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, luego leyeron algunos textos del Papa al inicio de su pontificado. Mientras tanto, la Plaza era incapaz de contener a toda la gente que llegaba por la Via Concilizione, Ottaviano, y alrededores. Grupos de parroquias, numerosas asociaciones laicales, los nuevos movimientos, familias, todos para estar presentes con el Papa. Algunos turistas expresaban su admiración ante tanto entusiasmo.

Y el Papa lo agradeció. Grazie di essere venuti! Gracias por estar presentes! El aplauso era interminable. Inmensa era emoción de la gente. Una vez más, la alegría de vivir la fe, el reconocimiento del valor del Papa, la confianza en los sacerdotes, y el deseo de testimoniar a Cristo Resucitado ha dado vida a este encuentro en Plaza de San Pedro. Una vez más, el Papa lo repitió: “El verdadero enemigo de la Iglesia es el pecado”.


viernes, 14 de mayo de 2010

CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE MARÍA

Madre Inmaculada,
en este lugar de gracia,
convocados por el amor de tu Hijo Jesús,
Sumo y Eterno Sacerdote, nosotros,
hijos en el Hijo y sacerdotes suyos,
nos consagramos a tu Corazón materno,
para cumplir fielmente la voluntad del Padre.

Somos conscientes de que, sin Jesús,
no podemos hacer nada (cfr. Jn 15,5)
y de que, sólo por Él, con Él y en Él,
seremos instrumentos de salvación para el mundo.

Esposa del Espíritu Santo,
alcánzanos el don inestimable
de la transformación en Cristo.
Por la misma potencia del Espíritu que,
extendiendo su sombra sobre Ti,
te hizo Madre del Salvador,
ayúdanos para que Cristo, tu Hijo,
nazca también en nosotros.
Y, de este modo, la Iglesia pueda
ser renovada por santos sacerdotes,
transfigurados por la gracia de Aquel
que hace nuevas todas las cosas.

Madre de Misericordia,
ha sido tu Hijo Jesús quien nos ha llamado
a ser como Él:
luz del mundo y sal de la tierra
(cfr. Mt 5,13-14).

Ayúdanos,
con tu poderosa intercesión,
a no desmerecer esta vocación sublime,
a no ceder a nuestros egoísmos,
ni a las lisonjas del mundo,
ni a las tentaciones del Maligno.

Presérvanos con tu pureza,
custódianos con tu humildad
y rodéanos con tu amor maternal,
que se refleja en tantas almas
consagradas a ti
y que son para nosotros
auténticas madres espirituales.

Madre de la Iglesia,
nosotros, sacerdotes,
queremos ser pastores
que no se apacientan a sí mismos,
sino que se entregan a Dios por los hermanos,
encontrando la felicidad en esto.
Queremos cada día repetir humildemente
no sólo de palabra sino con la vida,
nuestro “aquí estoy”.

Guiados por ti,
queremos ser Apóstoles
de la Divina Misericordia,
llenos de gozo por poder celebrar diariamente
el Santo Sacrificio del Altar
y ofrecer a todos los que nos lo pidan
el sacramento de la Reconciliación.

Abogada y Mediadora de la gracia,
tu que estas unida
a la única mediación universal de Cristo,
pide a Dios, para nosotros,
un corazón completamente renovado,
que ame a Dios con todas sus fuerzas
y sirva a la humanidad como tú lo hiciste.

Repite al Señor
esa eficaz palabra tuya:“no les queda vino” (Jn 2,3),
para que el Padre y el Hijo derramen sobre nosotros,
como una nueva efusión,
el Espíritu Santo.

Lleno de admiración y de gratitud
por tu presencia continua entre nosotros,
en nombre de todos los sacerdotes,
también yo quiero exclamar:
“¿quién soy yo para que me visite
la Madre de mi Señor? (Lc 1,43)

Madre nuestra desde siempre,
no te canses de “visitarnos”,
consolarnos, sostenernos.
Ven en nuestra ayuda
y líbranos de todos los peligros
que nos acechan.
Con este acto de ofrecimiento y consagración,
queremos acogerte de un modo
más profundo y radical,
para siempre y totalmente,
en nuestra existencia humana y sacerdotal.

Que tu presencia haga reverdecer el desierto
de nuestras soledades y brillar el sol
en nuestras tinieblas,
haga que torne la calma después de la tempestad,
para que todo hombre vea la salvación
del Señor,
que tiene el nombre y el rostro de Jesús,
reflejado en nuestros corazones,
unidos para siempre al tuyo.

Así sea.

jueves, 13 de mayo de 2010

EL ENEMIGO, ¿DENTRO O FUERA?


Unas palabras del Papa, durante el viaje a Portugal, han tenido mucho eco en la prensa internacional. Respondía a la tercera pregunta. La pregunta se refería al tercer secreto de Fátima. Secreto que había sido presentado en junio del 2000 por el entonces cardenal Ratzinger: el secreto, ¿hacía referencia a los sufrimientos de la Iglesia en nuestros días?

He visto en los periódicos de estos días, que la frase que más se resaltaba era: “la persecución más grande procede del interno de la Iglesia". Claro que esto no disminuye los ataques que vienen del externo, en diversos lugares del mundo, y que encuentran poco eco en los periódicos.

Me vienen a la mente unas palabras de Jesús en el evangelio, que hablando del Reino de Dios, dice que no hay que buscarlo fuera, sino que está “dentro de ustedes”. Y también, otra frase que tiene esta polaridad: “el que quiera salvar su vida, la perderá”. Que el Papa haya dicho que la persecución más grande viene del interno, me parece, que está utilizando esta terminología bíblica, donde dentro-fuera, no son lugares físicos, sino el corazón del hombre.

¿Tiene todavía alguna novedad el tercer secreto? La novedad va en la línea señalada. Por esto la Iglesia tiene necesidad –los cristianos- de aprender de la penitencia, de aceptar la purificación. De esto trata principalmente todo el “Mensaje” de Fátima.


sábado, 8 de mayo de 2010

LA SANA PASTORAL DE LOS SACRAMENTOS


Cuando la fe cristiana se debilita, las creencias humanas aumentan. Cuando la fe no transforma la vida, ésta se vive como un peso que impide vivir la propia vida y se mira como algo de lo cual hay que liberarse. Aumentan las creencias en los conocimientos humanos, en lo palpable, en lo que se comprueba o len o que dicen los demás. Se es capaz de creer en cualquier cosa, con tal de hacer cualquier cosa con la vida.

En cambio, cuando la fe cristiana es auténtica lleva al hombre el encuentro con Dios, al Dios que es “absoluta verdad, bondad, amor, belleza, luz pura”, a Dios que ha tomado en serio su creación, y ha enviado a su Hijo, Jesucristo, para reconducir al hombre a su verdad auténtica y profunda. Sólo Cristo salva al mundo y al hombre. Y esta es la tarea actual de la Iglesia: exixte para hacer presente, para comunicar esta salvación.

De esto trató la catequesis del Papa el miércoles 5 de mayo. Si algunos, en tiempos no lejanos, quitaron importancia a la pastoral de los sacramentos, privilegiando sólo el “anuncio”, ahora es necesario “promover la sana pastoral de los sacramentos” para ser fieles a la misión recibida, puesto que “el anuncio misionero y el culto y los sacramentos nunca van separados”. Así la fe, a través de la vida de los cristianos, es sal de la tierra y luz del mundo.


martes, 4 de mayo de 2010

lunes, 3 de mayo de 2010

EL DÍA DE LA CRUZ...


A propósito del Día de la Cruz. “Un cohete de varita anuncio al pueblo que nuestro altar ya estaba listo. Otro cohete respondió en la casa vecina, y otros en la siguiente y en la que esta mas lejos…” así lo cuenta Claudia Lars, en el pequeño libro Tierra de Infancia, recreando con su imaginación cómo se vivía, cuando era niña, la preparación del día de la Cruz.

“…casi todas las familias de nuestra aldea celebraban cristiana y paganamente el día de la Cruz. Como nadie deseaba que en su patio bailara el diablo –por haber olvidado la construcción del altar de frutas- todos se esmeraban en hacerlo con gracia y amor…”

“… hasta el día tres, es decir, hasta ‘el propio día grande’, se podía comer las golosinas de la ofrenda; pero antes de probarlas era obligatorio adorar el sagrado símbolo. Hombres y mujeres, niños y adultos, ricos y pobres, pasaban de una casa a otra en bulliciosos grupos. En cada retablo adoraban con reverencia…”

Leyendo estas páginas, y viendo cómo se vive ahora, ¿qué nos queda? La celebración del día de la Cruz se vivía como una fiesta popular, con mucha alegría. Me viene a la mente un numeral del Documento de Aparecida “La piedad popular, como espacio de encuentro con Jesucristo, es un catolicismo popular, profundamente inculturado, que contiene la dimensión más valiosa de la cultura latinoamericana” (n. 259).


sábado, 1 de mayo de 2010

PERIODISMO PROFESIONAL Y LA VELOCIDAD DE INTERNET


Es tan fácil escribir en los espacios que ofrece internet, que parece que cualquiera puede convertirse en periodista. Este post es un ejemplo de ello. Es tan fácil escribir sobre lo que hemos encontrado en la misma red. Es todavía mucho más fácil ‘copiar y pegar’ las informaciones más leídas y más de moda del momento. La velocidad con la que se transmiten las noticias en internet nos haría pensar que no hace falta el periodismo tradicional o que simplemente estamos bien informados.

Un dato contrasta las cosas. El 95% de la información que se encuentra en internet ha sido previamente publicada en los medios tradicionales. Este dato lo comentaba Mario Calabresi, director de La Stampa, en el congreso Testimonios Digitales organizado de la Conferencia Episcopal Italiana (Cei). Internet ofrece la oportunidad para acudir a la información casi en tiempo real, -la velocidad es su gran fuerza-. Internet opera una síntesis de la síntesis y, a veces, hasta una manipulación de los contenidos, porque no puede esperar a tener todos los datos. En la red el sensacionalismo encuentra muchos seguidores.

Pero no puede ser la velocidad el único criterio de la información. Tampoco se pude tomar un fragmento de la realidad para transformarlo en toda la historia o toda la realidad que define una institución o un cuerpo social. Este es un peligro del lector de internet que no sabe profundizar en los contenidos que recibe. Es entonces que se ve la necesidad del periodismo profesional que sabe documentarse, ofrecer contexto, contrastar las fuentes. El periodista no puede guiarse por lo que ofrece la red, debe utilizarlo pero no puede vender su profesión a la tecnología. El periodista tiene que ofrecer lo propio: profundizar en las razones de lo cotidiano.