viernes, 20 de noviembre de 2009

LAICIDAD: ¿NEGACIÓN O ACOGIDA?


El 2 de noviembre la Corte de Estrasburgo emitió una sentencia que prohíbe la exposición del crucifijo en las aulas de las escuelas italianas, porque sería contrario al derecho de los padres de educar a los hijos en la línea de sus convicciones y al derecho de los niños de la libertad religiosa. Reacciones.


¿Es esta decisión algo racional? Dicha Sentencia, con el intento de querer tutelar los derechos del hombre, termina con poner en discusión las raíces sobre las cuales esos mismos derechos se fundan, desconociendo la importancia del papel de la religión, en particular del cristianismo, en la construcción de la identidad europea y en la afirmación de la centralidad del hombre en la sociedad. La idea de laicidad que parece estar de fondo, margina el aporte de las religiones a la vida pública. Considera que se debe reducir al mínimo la visibilidad de los valores religiosos porque así se puede convivir mejor en la sociedad.


No se defienden los valores de la religión cristiana, pero en cambio se permite que se le ataque. ¿No será que se falta al respeto de los creyentes, quienes tienen todo el derecho de ciudadanía, y que además, reconocen que la tradición cristiana ha ayudado a la civilización de estos pueblos? Si hoy es el crucifijo, ¿cuál será el siguiente símbolo? Es necesario pronunciarse al respecto.


En realidad no es en la negación de la religión sino en la acogida y en el respeto de las diversas identidades que se defiende la idea de laicidad del estado y se favorece la integración entre las varias culturas. El crucifijo es símbolo del amor universal.

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