jueves, 25 de junio de 2009

"CONCÉDEME LA CONVERSIÓN DE MI PARROQUIA"


Algunos textos de San Juan María Vianney, que vienen en la Carta del Papa con ocasión del Año Sacerdotal:

Pidiendo por los fieles de su parroquia: “Dios mío, concédeme la conversión de mi parroquia; acepto sufrir todo lo que quieras durante toda mi vida”

Explicando la presencia de Jesús en la Eucaristía:
“Sabemos que Jesús está allí, en el sagrario: abrámosle nuestro corazón, alegrémonos de su presencia. Ésta es la mejor oración”

El valor de la Eucaristía como sacrificio:
“Todas las buenas obras juntas no son comparables al Sacrificio de la Misa, porque son obras de hombres, mientras la Santa Misa es obra de Dios

El perdón de Dio en la Reconciliación:
“No es el pecador el que vuelve a Dios para pedirle perdón, sino Dios mismo quien va tras el pecador y lo hace volver a Él”. “Este buen Salvador está tan lleno de amor que nos busca por todas partes”

El valor de la vocación sacerdotal y sus diferentes acciones:
“¡Oh, qué grande es el sacerdote! Si se diese cuenta, moriría…
Dios le obedece: pronuncia dos palabras y Nuestro Señor baja del cielo al oír su voz y se encierra en una pequeña hostia…”. Explicando a sus fieles la importancia de los sacramentos decía: “Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor. ¿Quién lo ha puesto en el sagrario? El sacerdote. ¿Quién ha recibido vuestra alma apenas nacidos? El sacerdote. ¿Quién la nutre para que pueda terminar su peregrinación? El sacerdote. ¿Quién la preparará para comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de Jesucristo? El sacerdote, siempre el sacerdote. Y si esta alma llegase a morir [a causa del pecado], ¿quién la resucitará y le dará el descanso y la paz?

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