jueves, 4 de marzo de 2010

MONSEÑOR ROMERO, SACERDOTE: ASÍ TENIA QUE MORIR!

Es el título del libro publicado por Mons. Jesús Delgado, en el cual podemos ver el alma del sacerdote Oscar Romero, desde sus apuntes espirituales. El seminarista Romero escribió poco antes de su ordenación: ¡Este año haré la gran entrega a Dios! Dios mío ayúdame, prepárame. Tú eres todo, yo no soy nada, y sin embargo, tu amor quiere que yo sea mucho. ¡Con tu todo y mi nada haremos ese mucho!

El seminarista escribió fichas autobiográficas con pensamientos y oraciones. Sus apuntes espirituales comienzan en octubre de 1937. Tenía 20 años. En estos apuntes la fecha de lo que escribe es el viernes 22 de octubre. Va a visitar la Basílica de San Pedro y en unos renglones escribe: “Rezamos en la tumba de San Pedro, le he pedido para todos los sacerdotes y seminaristas de mi patria, un corazón ardiente como su corazón de apóstol”. Más adelante escribe: “ Un día después de los santos ejercicios el alma se siente un verdadero trono de Cristo” (30 de octubre de 1938). El 31 de diciembre de 1983, con ocasión de su retiro escribe: “Retiro espiritual. Una mirada al pasado. Dios mío qué diálogo entre tú y yo. Tú en derroche de gracias… y yo…”

El hombre, que tal vez sea el salvadoreño más conocido en el mundo, estaba preparándose para su ministerio parroquial. En este libro somos testigos de su amor a la Iglesia, especialmente al Vicario de Cristo, de su devoción mariana, y de sus luchas y oraciones por vivir su sacerdocio. En este año se conmemora el XXX aniversario de su asesinato, coincide con el Año Sacerdotal. Se trata de un sacerdote que murió mientras celebraba la Misa.

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