Hay más de 5,600 periodistas acreditados ante
la Sala de Prensa de la Santa Sede. ¿Qué interés hay detrás de la reunión a
puertas cerradas y sin comunicación alguna hacia el exterior? Desde hace poco
más de un mes, cuando el Papa Benedicto XVI anunció su renuncia al ministerio
petrino, la atención se centró en el Vaticano.
La cobertura mediática es impresionante. Cualquier
institución evaluaría como un éxito la capacidad de convocatoria. El portavoz buscaría
a quien mejor exprese un mensaje. Y sin embargo, en la Iglesia ninguno de los
cardenales habla, han decidido guardar silencio.
Solamente “señales de humo”. ¿Es posible
mantener una comunicación efectiva con señales de humo?, ¿Es válido el humo en
la “Era digital”, en el mundo marcado por la tecnología? Hay que reconocer que
lo signos naturales tienen una fuerza que no pasa con los siglos. La Iglesia pone en
contacto con tantos símbolos que muchas veces pasan desapercibidos. La señal de
humo es centro de atención de todos, aún en la Era digital.
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