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38 años llevó a la radio superar los 50 millones de usurarios, la televisión lo hizo en 13 años, internet lo hace sólo en cuatro años. Se hicieron teorías que con la llegada del nuevo medio, el anterior iba a desaparecer, y sin embargo, se mantienen todos. Las nuevas aplicaciones tecnológicas deslumbran. El nuevo medio es capaz de hacer presente a los demás.
El invento de la imprenta se considera una revolución en la historia de la comunicación, más tarde llegaron los periódicos. En el siglo XX los medios de comunicación marcan la historia: la radio y la televisión, se difunden y llegan a casi todo el planeta en pocos años. Para coronar los inventos, aparece “Internet” con sus características propias: compartir, comunidad y conversación. El tiempo de los cambios se acelera: los años se convierten en meses, los meses en días, los días en horas. Hemos llegado a la comunicación “en tiempo real”.
De muchas partes llegan comentarios y reflexiones sobre los cambios que se están operando en el campo de la comunicación. Parece que hay una preocupación por saber hacia dónde conducirán los cambios actuales. Los pasos se dan cada vez frecuentes. ¿Qué cambios se dan en la mentalidad de las nuevas generaciones?, ¿Cómo hacer llegar las ‘experiencia de la vida’ a quien está ‘conectado’ gran parte del día?, ¿Qué cambios deben hacerse en ámbitos de la comunicación para ser efectivos?
En todos estos cambios, también la Iglesia se interesa en hacer llegar un mensaje que no puede dejar indiferente a la generación de hoy: Jesucristo. ¿Cómo hacerlo conocer? Éste es el gran desafío.